En fin, les cuento más o menos como ha sido esta aventura: Lo primero es lo del aeropuerto y el vuelo, que es cuento aparte. Pa variar, casi me quedo de nuevo en un aeropuerto, porque al pasar por policía internacional pensé que tenía tanto tiempo que me puse a recorrer todas las tiendas del aeropuerto. Además, vi que la puerta de embarque estaba vacía así que asumí que no había llegado nadie. FALSO. La cosa es que estaba vacía porque ya todos habían embarcado así que si no es porque me acerco a preguntar cuánto tiempo faltaba para el embarque, me quedo en Chile. El avión salió a las 20.40 horas de Chile.
Ya en el avión todo fue en inglés, las aeromozas sólo hablaban en inglés y las instrucciones a veces las decían en español. El avión no era muy bonito pero al menos sirvieron cena y desayuno. Yo no dormí nada así que estuve en vela hasta que llegamos a Atlanta, tipo 6.00 AM. El aeropuerto gringo era caótico, estaba llenos de policías y no eran muy amigables ya que daban las instrucciones como si estuviéramos en el ejército y poco les importaba que algunos no supieran inglés. Tuve que hacer una fila de una hora para pasar por inmigración donde los pacos te llenan de preguntas. Más encima, estaba lleno de soldados de guerra que venían volviendo a sus casas, y me tuve que aguantar las ganas de chiflar para no tener problemas. Después tuve que caminar más que la xuxa para buscar mis maletas e ir a dejarlas a otra parte del aeropuerto donde se dejaban las maletas de vuelos de conexión. Para entrar al aeropuerto de Atlanta tuve que hacer otra cola más y pasar por seguridad. Ahí los policías eran bastante agresivos y te registraban entero, había que sacarse los zapatos, cinturones y chaquetas para pasar y te tiraban las cosas del bolso arriba de una mesa para registrar, incluso la plata. En fin, una vez pasado eso, tuve que tomar un metro interno hacia la puerta de embarque de mi vuelo a Toronto. Me habían cambiado la puerta de embarque pero como yo soy tan pillo, me di cuenta y encontré la puerta correcta.
Estuve ahí esperando dos horas la salida del otro avión. Ya en el aeropuerto de Atlanta, cero posibilidades de hablar español. Si te dijeron que en gringolandia se habla mucho español, es mentira. Ni los más cara de latinos lo hacían. Me compré en el Duty Free de Atlanta el Harry Potter en inglés (15.000, está a 40.000 en Chile) y espere cagado de sueño el avión que me llevaría a Toronto. El avión salió a las 11:30. Era demasiado rasca, la cagó. Era super chico (como para no más de 60 personas) y era feo. En verdad, parecía uno de esos buses que te llevan a Cartagua por $1.500, pero con la diferencia que tenía alas. En el avión, la aeromoza hablaba tan rápido que le entendía sólo el Thank You. Llegué a Toronto como a las 12.30 y pasé por inmigración. Me demoré 5 minutos… Igual que en EEUU!!!!!
En el aeropuerto, se me acercó altiro un tipo preguntándome si buscaba taxi. Le dije que si así que me llevó al homestay. El tipo era indio (osea, de origen indú…no se imaginen un hueón con plumas). Nos fuimos conversando hasta el homestay en inglés y ahí me di cuenta que mi inglés no estaba tan mal. Llegué al homestay y no alcancé a tocar el timbre cuando salió a recibirme el dueño de casa, me saludaba y hablaba y yo le entendía la mitad porque hablaba muy rápido. Luego salió a recibirme la dueña de casa. Ellos son un matrimonio bien simpático: Beverly and Peter. Muy Canadienses ellos. Beverly es rubia, baja de estatura, muy simpática y habladora; y Peter es un señor demasiado alto y corpulento, de rasgos nórdicos muy parecido a un viejo pascuero de película pero sin barba. Bev es recepcionista y Peter fontanero, su hijo ya no vive en la casa y tienen un gato, que por suerte, parece gato de porcelana porque no se mueve. Ellos reciben de hace bastante tiempo a alumnos del School en su casa ya que tienen dos piezas desocupadas. Una era para mí, y está bastante bien equipada ya que tengo un closet gigantesco, una gran cómoda, un escritorio muy espacioso para estudiar y una cama de plaza y media. Hasta radio-despertador tengo. Desempaqué y como no había dormido, me bañe y me acosté altiro a dormir una siesta. Cuando desperté había llegado otro alumno del School que también comenzaba el lunes y que se quedaría en la casa y una mina que estaba viviendo en la casa pero que se iba justo ese día. La mina se llamaba Angela y era de Switzerland, ella nos explicó algunas cosas y nos dio algunos datos. El loco que llegó se llama Nicóla y es de Italia. Ese día adivinan que comimos: Sí, hamburguesas con papas fritas..jajaja..muy americano todo, las papas, las hamburguesas con queso y mostaza como las del McDonals, el pepinillo, la cebolla y toda la wea. Ese día obviamente me acosté temprano.
Día 2. Domingo 12
Me desperté como a las 6.30 y dormité hasta las 10.00. Es que recién me estoy acostumbrando y aunque no estoy tan cagado como el Nicola que tiene 7 horas de diferencia, igual es raro. Desayuné Huevos ponchados con tostadas y tocino. Nutritivo cierto? Luego Bev nos llevó al School para aprender cómo hacer el recorrido. Tengo que caminar por un descampado que queda justo detrás de la casa como cinco minutos, y llego directo a Finch Station, que es como Bellavista de la Florida pero feo. De ahí son como cinco estaciones hasta Eglinton Station. Lo chistoso es que muchos metros acá están bajo centros comerciales importantes, así que salir de Eglinton es como salir del metro por dentro del panorámico, raro no? De ahí camino dos cuadras y llego al School.
El día estaba muy caluroso, y como ya sabíamos cómo usar el metro y llegar al insituto, nos fuimos con el Nicola a conocer Toronto, comenzando donde todo turista en Toronto empieza, la CN Tower. La CN Tower es una torre gigantesca desde la que se puede observar toda la ciudad. Luego fuimos a conocer Harbour Front, que es como el puerto a un costado del lago Ontario. Muy bonito todo. Había un mini quinta vergara donde se presentan shows de música gratuitos y había una feria de comida de diferentes países. Lo malo es que de repente se puso a llover y nos tuvimos que meter a un mall hasta que pasara la lluvia. Lo bueno es que llovía con calor.
Luego caminamos por el downtown y conocimos la arquitectura del puerto, las ferias de las pulgas y una iglesia muy bonita. Después volvimos al homestay porque debemos estar antes de las 7.00 pm para la cena. Lo bueno es que acá puedo siempre tomar el metro y aunque no es tan bonito, no es el transantiago!!! Además, en el metro puedes observar el tipo de personas que vive en Canadá. Lo primero es decir que acá no hay como un fenotipo único ya que hay gente que inmigró hace años y que son de diferentes países. Por lo mismo es que hay muchísimos coreanos, chinos, japonenes, vietnamitas, indúes, iraquies y algunos latinos.
CN Tower
CN Tower y Roger Centre
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